Érase una vez un día cercano a la Nochebuena, donde los duendes de la navidad se escondían entre los árboles desnudos.
La intensa niebla quiso estar presente, y a través de ella, Pilar y Luis aparecieron para unirse en matrimonio, y aunque las bodas de verano son muy vistosas, por la luz y el calor, a mí me encanta una boda en pleno invierno; me parecen muy acogedoras, dulces y muy tiernas. En Navidad, se despierta el espíritu de la inocencia, la paz , la generosidad…
Como no podía ser de otra forma, el color rojo, sería, por excelencia el que alumbraría el evento.
La piedra tan marcada en la entrada a la Iglesia, hacia destacar los arreglos de poinsettia por el color rojo intenso, los ojos no podían mirar hacia otro lado, y una serie de cajas y capazos arreglados con eucalipto, poinsettia, y paniculata invitaban a entrar a la Parroquia de la Asunción.
La decoración interior con la misma temática navideña, cestos de poinsettia, paniculata y eucalipto, acompañaron a la ceremonia, en un altar con la decoración propia del adviento.
Después de la ceremonia religiosa, nos desplazamos al Castillo de Pilas Bonas, fortaleza medieval del siglo XII, de interés histórico artístico. Hoy en día, es una hospedería donde se realizan bodas y eventos.
Bajo la niebla nos abre sus robustas puertas, el lugar donde una bella princesa y su príncipe celebraran su unión.
La señal nos indica exactamente hacia donde debemos dirigirnos, el Castillo tiene muchos pasadizos y fosos, donde nos podríamos confundir y acabar en las mazmorras.
Bajo el cobertizo donde en un pasado se destinaba a caballerizas, hoy hemos montado un precioso photocall que nos recibe, con decoración totalmente navideña, coronas, pino, luces, colores rojos, muñequitos y otros adornos…
Sobre el patio de armas, grandes esferas con luz son protagonistas también en esta boda, ese momento tan bonito que es el primer baile, donde los recién casados son cómplices en todos sus movimientos, y al mismo tiempo encuentran tranquilidad en sus miradas.
Ellas darán brillo al momento tan feliz y emotivo.
Y como no podía ser de otra forma, los novios nos invitan a subir a la torre del homenaje, del siglo XI, que es la parte más antigua del Castillo.
Allí encontramos una princesa medieval, pero una princesa de verdad, con capa y corona, que nos enseña su bonito ramo de novia, realizado con flores silvestres de invierno, y a su lado el príncipe de sus sueños con su sonrisa de soñador…..
….Y colorín colorado……esta historia ha comenzado….
¡Felíz Navidad! jo jo jo…
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Me ha encantado Rosalía,precioso! Todo quedo espectacular!!
Enhorabuena Pilar, por tu elección en la decoración. Nos encantó trabajar a vuestro lado.
Os deseamos mucha felicidad en vuestra nueva vida juntos y que comience el año con alegría e ilusión!!