Estábamos atravesando las navidades cuando Celia vino a visitarnos, ella vivía en París junto a su pareja, y regresó a casa por navidad para estar unos días en familia, y así poder planificar su boda a distancia con nosotros.
Celia, una chica muy joven, muy guapa que había encontrado su alma gemela en París, quería hacer su boda en su tierra natal.
El éxito de una boda radica en entender lo que los novios quieren y, nosotros debemos escenificar y plasmar en el lugar del evento, lo que ellos habían ideado en sus sueños.
No es fácil, leer el interior de las parejas, pero, cuando te adentras en su mundo, y miras con sus ojos, no solo realizas sus sueños, sino que superas sus expectativas.
Con la boda de Celia y Guillaume, fue así, no solo fue un éxito, sino la superación de lo que ellos habían planificado.
Nos desplazamos al lugar, para ver la finca in situ, y distribuir espacios, ceremonia, cóctel….. Lo cierto es que el maravilloso prado, y las vistas, ya eran de por sí espectaculares.
La finca Montealegre, contaba con diversos espacios, todos bonito y con gran encanto, tras deliberar entre todos ellos, apostamos por el extenso prado para realizar la ceremonia.
Un altar de estilo boho, sin demasiada decoración, acompañando al entorno natural, algo bello y sencillo.
El arco de madera con una pequeña caída de tela y una decoración floral con pampas,y flores silvestres en tonos azules, y lilas, fue suficiente para dar ese carácter buscado por los novios.
Troncos decorados con eucalipto de diversos tipos, haciendo camino hacia el altar, así como flores pequeñas, añadimos además, esa guirnalda de paniculata a lo largo del camino para resaltar el lado romántico de nuestra boda.
Sin duda, estos bodegones de damajuanas con pampas y troncos de acceso al lugar a la ceremonia, nos invitan a entrar y disfrutar del evento.
Diversos cestos de esparto decorados con nuestras flores campestres, situadas en puntos estratégicos.
El día garantizaba el calor propio de verano, por ello, se pensó en los invitados, y las amigas de la novia diseñaron este pequeño puesto de sombreros y abanicos, tan carismático.
¡Bravo por ellas!
Nuestros árboles de olivo ayudaron a sostener los sombreros que las amigas de la novia habían arreglado para ellos.
Rincón decorado con cestos y flores campestres para la llamada a “ponerse los salvatacones”, también en colaboración con las chicas para su ubicación y diseño de decoración.
La ubicación de esferas con luz, fueron colocadas en la zona de la cena para dar un toque más acogedor, así como punto de iluminación decorativa.
Decoración del rincón de bienvenida con cestos y objetos rústicos, el cartel de bienvenida fue realizado por los mismos novios.
¡Bravo por ellos!
Y este es el momento en cual la novia llega con su padrino, tan bella, tan espectacular y sencilla, so herself….
Me encanta!!
Y con estos momentos tan emotivos de una maravillosa boda en la pradera de finca Montealegre, no podemos dejar de sonreir al ver como todo salió mucho mejor de lo que habíamos planificado, porque, cuando imaginamos algo, si dejamos que la creatividad trabaje por sí sola, el resultado es más fascinante.
Gracias Celia y Guillaume por dejarnos participar en un día inolvidable para vosotros!!
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